
UCIN Galicia vuelve a poner sobre la mesa un problema que, aunque lleva años presente, sigue sin resolverse: la falta de un compromiso real por parte de la Xunta con la juventud gallega. El coordinador autonómico de la formación, José Luis Calo, advierte de que, pese a los discursos y los anuncios institucionales, “la vida de los jóvenes continúa en pausa”. Y lo dice con preocupación: empleo, educación y ocio saludable siguen siendo asignaturas pendientes.
Los datos del Instituto Galego de Estatística del segundo trimestre de 2025 confirman esa inquietud. La tasa de paro juvenil se sitúa en un 17,4%, un pequeño avance que, aun así, deja fuera del mercado laboral a miles de jóvenes. Galicia cuenta con 339.700 personas de entre 16 y 29 años, pero más de la mitad (51,3%) está inactiva. Una cifra que revela una desconexión profunda entre formación, oportunidades y realidad laboral.
A esta situación se suma otro problema que UCIN Galicia considera estructural: la baja inversión educativa. Durante el curso 2023-2024, el gasto público por estudiante fue de 1.685 euros, una cantidad sensiblemente inferior a la media estatal, situada en 2.056 euros. Esos 371 euros de diferencia por alumno no son solo un número: son menos recursos, menos apoyos y menos posibilidades reales para miles de jóvenes en todas las etapas educativas.
Calo lo resume con claridad: esta falta de inversión “condena a miles de jóvenes a un futuro incierto, precarizado y sin herramientas reales para desarrollarse”. Y reprocha a la Xunta que priorice “titulares y propaganda” en lugar de aplicar políticas efectivas. “La juventud necesita oportunidades, no discursos. Menos anuncios y más inversión real”, subraya.
La organización también denuncia el escaso apoyo a alternativas de ocio saludable. Señalan que Galicia ha normalizado un modelo centrado casi exclusivamente en el consumo de alcohol, incluso con la permisividad de algunos representantes públicos. Mientras tanto, apenas existen propuestas fuertes de cultura, deporte, creatividad o participación social que sean accesibles para todos los jóvenes. “No se puede responsabilizar a los jóvenes de sus problemas mientras la Administración les ofrece ocio pobre, repetitivo o directamente nocivo”, lamenta Calo.
Por todo ello, UCIN Galicia reclama a la Xunta un incremento inmediato del gasto educativo, al menos hasta alcanzar la media estatal; políticas de empleo juvenil digno ligadas a sectores de futuro —como el empleo verde y azul—; y la puesta en marcha de una red estable de ocio saludable que permita a la juventud tener alternativas reales.
Calo deja una reflexión final que pesa: “cuando una generación queda atrás, perdemos todos”. UCIN Galicia asegura que seguirá defendiendo los derechos y el futuro de los jóvenes gallegos, e invita a la ciudadanía a exigir a la Xunta responsabilidad, inversión y políticas que miren realmente hacia el mañana. Porque, recuerda, el futuro de Galicia depende del presente de quienes hoy son jóvenes, y ese reloj ya no debería seguir corriendo en su contra.








