
Galicia se está consolidando, paso a paso y sin hacer ruido, como uno de los territorios más activos en la práctica del field target, una disciplina de tiro deportivo que combina precisión, concentración y contacto directo con la naturaleza. Lo que comenzó como una afición minoritaria ha ido creciendo hasta crear una comunidad sólida, diversa y cada vez más visible. Montes, fincas rurales y campos adaptados se han convertido en escenarios habituales para quienes buscan algo más que competir: buscan superarse.
El field target se practica con armas de aire, una característica que lo diferencia claramente de otras modalidades de tiro. Esta condición permite que el deporte se desarrolle en entornos naturales con un impacto mínimo y con elevados estándares de seguridad. En Galicia, donde el paisaje es parte de la identidad, esta disciplina encaja de forma natural. La posibilidad de entrenar al aire libre, en terrenos variados y con blancos metálicos distribuidos a diferentes distancias, ha sido clave para atraer a nuevos tiradores.
En el tercer peldaño del crecimiento del field target en Galicia aparece un concepto que ya es habitual entre los aficionados: PCP. Las siglas, que responden a “Pre-Charged Pneumatic”, hacen referencia a carabinas de aire precomprimido que ofrecen una precisión extraordinaria. Este tipo de equipamiento ha elevado el nivel técnico de las competiciones y ha permitido que los tiradores gallegos puedan medirse en igualdad de condiciones con deportistas de otras comunidades y países.
Uno de los factores que explican este auge es el carácter social del deporte. El field target no entiende de edades ni de perfiles cerrados. En los campos gallegos conviven veteranos con décadas de experiencia y personas que se inician por primera vez. La transmisión de conocimientos es constante, el ambiente es cercano y la rivalidad queda siempre en segundo plano frente al compañerismo. Esa filosofía ha sido determinante para que cada vez más gente se anime a probar.
Además, Galicia ha sabido organizarse. Clubes, asociaciones y grupos informales han trabajado para dar estructura al crecimiento del field target. Se organizan entrenamientos regulares, competiciones autonómicas y encuentros amistosos que sirven para dar visibilidad al deporte. Todo ello con un enfoque responsable, respetando la normativa vigente y fomentando una imagen positiva del tiro deportivo.
Otro aspecto relevante es la accesibilidad. Aunque el material de alta gama existe, el field target permite iniciarse sin grandes inversiones. Muchos tiradores comienzan con equipos modestos y van evolucionando con el tiempo. En Galicia, esta progresión se vive como parte del aprendizaje, sin prisas y sin presiones externas, lo que refuerza el atractivo del deporte.
El entorno gallego, con su climatología cambiante, también juega un papel clave. El viento, la humedad y la orografía obligan a afinar la técnica y a desarrollar una lectura precisa del entorno. Estas condiciones han convertido a los tiradores gallegos en competidores especialmente completos, capaces de adaptarse a situaciones complejas.
Hoy, el field target en Galicia ya no es una rareza. Es una realidad en expansión, con identidad propia y con un futuro prometedor. Un deporte que crece desde la base, con respeto, pasión y una comunidad que demuestra que Galicia no solo participa en esta disciplina, sino que marca el camino.








