
La eurodiputada del BNG, Ana Miranda, ha vuelto a alzar la voz para denunciar la inacción de la Comisión Europea y del Gobierno español ante una amenaza que lleva décadas frente a nuestras costas: los 220.000 bidones de residuos radiactivos vertidos en el Atlántico entre los años 1940 y 1985. “Dende o BNG reclamamos que haxa unha misión de investigación nos residuos radioactivos da Foxa Atlántica. Levámolo dicindo moitos anos”, afirma con firmeza.
La respuesta que la Comisión Europea ofreció el pasado junio a una pregunta presentada por Miranda —en la que aseguraba no tener competencias sobre el asunto— ha indignado al BNG. “Consideramos unha total inacción non só da Comisión Europea, senón por parte do Estado Español en non facer unha investigación e unha misión do control dos residuos radioactivos, que só fixo en os meses pasados Francia”, lamenta la eurodiputada.
Miranda no se queda ahí. Con tono crítico, subraya que “é unha falla de cumprimento das súas obrigas de control de residuos nucleares e nós, como galegas e como galegos, non temos que pagar o que moitos Estados Europeos fixeron que foi verter nas nosas costas e producir uns residuos nucleares que aínda seguen aí”. Por ello, anuncia que el BNG llevará nuevas iniciativas en los tres parlamentos —europeo, estatal y gallego— para exigir que el Estado asuma su responsabilidad y actúe en el control de estos residuos.
Una investigación que sigue pendiente
La presentada en junio fue ya la cuarta pregunta que Ana Miranda dirige a la Comisión Europea sobre este tema. Su insistencia demuestra un compromiso claro con la transparencia y la seguridad medioambiental en las aguas gallegas. Desde Bruselas, la Comisión ha reconocido en varias ocasiones la existencia de residuos nucleares frente a la costa de Galicia, aunque también admite no disponer de estudios actualizados sobre su impacto real.
Mientras tanto, Francia sí ha llevado a cabo una misión de investigación en los últimos meses. La Comisión Europea, por su parte, sostiene que esas actuaciones “exceden do ámbito de aplicación do artigo 35 do Tratado Euratom”, artículo en virtud del cual las verificaciones se realizan de forma periódica conforme a un programa que se actualiza de manera continua.
La denuncia de Ana Miranda pone sobre la mesa un asunto que durante años ha permanecido enterrado bajo el silencio institucional, pero que sigue ahí, bajo las aguas del Atlántico, esperando una respuesta política y científica a la altura de su gravedad. Porque el mar que rodea Galicia no puede seguir siendo, como denuncia el BNG, el vertedero nuclear de Europa.