
Ayer jueves se colocó la primera piedra del proyecto de accesibilidad que transformará el Paseo de Granada, con la instalación de cuatro rampas en el margen impar de la calle. Las nuevas estructuras, que sumarán unos 210 metros de longitud, permitirán salvar desniveles que oscilan entre el 8,75% y el 10,5%, facilitando el tránsito de personas con movilidad reducida.
La actuación se enmarca dentro de un plan más amplio de humanización del entorno, que incluirá una redistribución del espacio urbano, la ampliación de las aceras, la renovación de las redes de servicios y la incorporación de nuevo mobiliario urbano para mejorar el confort de peatones y residentes.
Con estas mejoras, se busca además conectar de forma más accesible la Porta do Sol con uno de los principales núcleos de transporte público de la ciudad: la gran parada del Bicentenario. La intervención no solo mejorará la movilidad, sino que también contribuirá a revitalizar esta zona céntrica, haciéndola más amable y funcional para el día a día.